La valoración de un experto

¿Sabes esa sensación de tener que desprenderte de algo a lo que le tienes mucho cariño y que para ti tiene mucho valor? En muchas ocasiones estos objetos a los que estamos tan apegados en realidad no tienen casi valor económico, es más el valor sentimental que lo que nos podrían dar por ello en el caso de venderlo. Cualquier objeto es susceptible de albergar cariño, un muñeco de la infancia, una colcha que tejió la abuela, la primera bicicleta o el coche que te cedió tu padre cuando te sacaste el carnet de conducir.

Yo tengo pasión por mi coche, es un cuatro latas descolorido y que la mitad de las veces le cuesta arrancar, pero es mi pequeñín. Con él aprendí a conducir hace ya más años de los que me gusta reconocer, en el fui a mi primer concierto y sobre su capó me dio Luis mi primer beso. Son tantas cosas las que he vivido con este trasto que me duele el corazón solo de pensar que tengo que enviarlo al desguace.

El coche ya no arranca y tiene tantos arreglos, tantas piezas y tantas horas de trabajo que ya no merece la pena repararlo porque acaba con una avería en otro lado y es volver a empezar. El hueco que ocupa en el garaje también es considerable y está ya rifado, así que por mucho que me duela tendré que despedirme de él. Para ello voy a buscar a profesionales que le den un final digno, así que llamaré a una central de desguaces para pedir información sobre los pasos a seguir para que se lleven el coche.

Me aconsejan contactar con desguacegarciasl.com ya que es uno de los mejores centros autorizados de tratamiento de vehículos y allí sabrán que hacer con el coche. Al día siguiente vienen a tasar el coche, yo ni siquiera sabía que me lo compraban, así que bienvenido sea ese dinero y tras aceptar lo subieron a una grúa y se lo llevaron. Me dio mucha pena y hasta alguna lagrimilla recorrió mis mejillas, pero es que hay que avanzar y no estancarse en el pasado, ahora me compraré algún cochecillo barato para apañarme hasta que ahorre lo suficiente para comprar uno nuevo. Ningún otro coche ocupara una parte de mi corazón como lo hacia el cuatro latas, pero la vida sigue y nosotros con ella.