Sí ha habido un problema que en los últimos años ha atacado de lleno a la cultura española, este ha sido el problema de la piratería. No solamente estamos hablando de libros, de videojuegos o de cine. También estamos hablando de otros sectores como el de la música o el de las obras de arte. Sin embargo, de un tiempo a esta parte la industria de la cultura en general, y sobre todo la industria del cine y de las series de televisión en particular, se han actualizado de tal forma que su adaptación al medio ha sido realmente sobresaliente. De hecho, y tal y como vamos a comentar en tan solo unos instantes con un poco más de profundidad, las plataformas de reproducción en streaming, están en pleno auge para suerte de todas aquellas personas a las que no solamente les gusta el buen cine sino que al mismo tiempo también les gustan las series de calidad.
El principal objetivo que se marcaban estas plataformas de reproducción en streaming, no era otro que el de vender un contenido de manera legal y al mismo tiempo sacar un beneficio por él. Pues bien, la idea que aparentemente era muy sencilla podía llegar a ser muy compleja. Y es que no solamente no se sabía muy bien cuál podía ser el catálogo que se iba a poder a brindar a las personas sino que tampoco se sabía muy bien cuál era la cuota que se les debía cobrar por todo este material. Una circunstancia, una disyuntiva, que se resolvió de una manera realmente sobresaliente. Y es que no solamente se llegó al acuerdo de ofrecer todo el material audiovisual que se pudiera sino que al mismo tiempo la cuota de suscripción no sería elevada. Un gran ejemplo lo tenemos en Netflix. Una plataforma de reproducción en streaming que únicamente nos cobra alrededor de 7 € al mes por una sola persona.
Dicho lo cual, a aquellas personas que se han suscrito a plataformas de este tipo, no les quedan muchas ganas de indagar en internet para poder piratear la película o la serie de turno. Sencillamente se conectan con su usuario y su contraseña a este tipo de plataformas, se sientan tranquilamente en el sofá de su casa, y lo visionan con total tranquilidad sabiendo que están consumiendo un producto 100% legal desde el punto de vista de la legislación vigente, al menos, en España. Pero lo mejor de todo es que por ejemplo Netflix, aunque también podríamos hablar de otras tantas plataformas de este estilo, no solamente actualizan los contenidos prácticamente a diario sino que además también ofrecen la reproducción sin ninguna clase de corte. De esta manera el espectador está muy satisfecho y cree que la cuota que está pagando realmente está amortizada.